miércoles, 17 de junio de 2009

Orígenes de Nahuatzen, Michoacán

Por Luis Alberto García

El siguiente texto procede de una transcripción autentificada por el Registro Agrario Nacional en Morelia, Michoacán, tomada de un documento copiado en 1932 y de otro que no está fechado, en el que se describe la formación de Nahuatzen, cuyos orígenes se remontan hacia el primer tercio del siglo XVI, cuando, de acuerdo con esa versión, las tierras ocupadas por este pueblo le fueron otorgadas a una señora que los indios llamaron Nana Guari Huapa, nombre que, traducido del purhépecha al castellano, significa Hija de la Luna.

Ella había comprado a los indígenas de Cherán y Sivinan o Sevina un terreno de una caballería de tierra por cada pueblo, partiendo de la línea divisoria única que existía entre ambos, tomando posesión de su propiedad y conociendo a los indios de Xharacatan hacia 1534; sin embargo, al separarse definitivamente del lugar sólo se despidió de los ellos dejándoles sus propiedades.
Éstos decidieron vivir en ellas y establecieron como mojonera una cruz de cantera, en una loma ubicada entre los pueblos indios de Sevina y Cherán quienes, al no ver a la Nana Guari Huapa, reclamaron sus propiedades a los de Xaracatán, que acudieron con el rey o cazonci Tzintzincha, soberano del reino tarasco cuya residencia estaba en Tzintzuzan, para exponerle la situación, y éste decidió que tocaran por ocho días el teponaxtle sin descansar.
Si nadie los interrumpía durante ese tiempo, el territorio sería de ellos y así fue; pero para evitar conflictos con los pobladores de Cherán y Sevina, el rey mandó que se deslindaran las tierras, incluyendo en la escrituración o titulación a los indios de otro lugar conocido como El Rincón, para fundar definitivamente el pueblo de Nahuatzen.

He aquí el documento de referencia, encontrado tras exhaustiva búsqueda en la capital michoacana con la ayuda de Luis Zamora Maldonado, secretario del archivo agrario:
“Al margen, de seis fojas útiles, un sello con el escudo nacional que dice: Estados Unidos Mexicanos, Lic. Manuel Ochoa Notario, Núm. 4. Uruapan, Michoacán. Timbres debidamente cancelados en cada foja, por valor de 0.55 cincuenta y cinco centavos. Al Centro:
“En la ciudad de Uruapan, a las doce horas del día dos de enero de mil novecientos treinta y dos. Yo, el licenciado Manuel Ochoa, Notario Público número cuatro, en ejercicio y con residencia en esta ciudad, doy fe de haber recibido y tener a la vista el documento que es a la letra como sigue:
“En 1525, con permiso de los indígenas de Sivinan o Sevina, se estableció una señora que indios llamaron Nana Guari Huapa o Hija de la Luna, en una loma donde había muchas piedras grandes y que aún existen, bastante lejos de un sitio conocido como el Tzirimu, porque había en aquella remota época un corpulento fresno sobre el camino entre Nahuatzen y Comachuén, que con el tiempo se convirtió en la plaza principal de Sevina.
“Esta señora vendía comida a los que transitaban por aquellos lugares, y se relacionó y fue bien querida de los indígenas de Cherán y Sevina, a quienes un día les propuso que le vendieran un terreno para vivir, pues pensaba radicarse en el lugar definitivamente.
“Después de algunos días en que sevinenses y cheranenses consultaron la opinión general de los demás vecinos, acordaron mutuamente venderle una caballería de tierra a cada pueblo, partiendo de la línea divisoria única que existía entre ambos poblados para concertar la venta sin dificultad, de modo que la señora Nana Guari Huapa quedó en plena posesión como legítima y única dueña de las tierras.
“Una vez dueña, en quieta y pacífica posesión de las tierras que acababa de adquirir por compra, empezaron a visitarla unos indios desconocidos para ella y le platicaron que pertenecían a una pequeña congregación que se encontraba no lejos a aquel sitio, en un punto denominado Xaracatán, que no tenían seguridad del terreno que ocupaban, que tenían poco contacto con los pueblos vecinos, y que podía decirse que eran indios errantes ignorados de los pueblos de la Sierra.
“La señora los compadecía y, aun cuando se ignoraba la procedencia de ella pues no era de la raza purhépecha, dominaba bien el idioma y conversaba con ellos amigablemente. Así continuaron las relaciones amistosas entre los indios y la señora, estrechándose más día a día con los de Xaracatán, y en varias ocasiones los indios de este lugar, llevando a una familia, la visitaban y ella agradecida los agasajaba, los consolaba y correspondía sus visitas permaneciendo entre ellos días enteros en sus chozas de orcones y zacate, por lo que pudo darse cuenta de que eran industriosos.
“Tenían ollas de barro, metates y molcajetes de piedra fabricados por ellos y, aunque en pequeño ya sembraban maíz, para su alimentación cazaban algunos animales de los frondosos cerros cercanos. Sería en 1534 cuando la señora pensó separarse definitivamente de aquel lugar y sólo lo comunicó a sus fieles y buenos amigos de Xaracatán, a quienes donó las tierras que había comprado, señalándoles personalmente sus linderos, siendo el centro o punto de partida para la medición el lugar donde actualmente existe una capilla que lleva por nombre El Hospital, sitio abandonado durante muchos años, a pesar de que en su techo aún se conservan bellos frescos en los que predominan los colores rojo y azul, en lo que hoy es una de las esquinas de la plaza principal de Sevina.

“Una vez que hubo entregado a los indios el terreno mencionado la señora desapareció por encanto, sin saberse hacia dónde se fue ni por dónde. Los indios de Xaracatán no perdieron el tiempo, empezaron a cambiarse colocando una cruz grande de cantera que aún existe en el lugar que la señora les señaló y que era el mismo que los indios de Cherán y Sevina tenían como límite de sus linderos y de allí midieron una caballería de tierra, los de Sevina, para el oriente y los de Cherán otra caballería de tierra al poniente.
“Pasados algunos meses, los indios se dieron cuenta de que la señora había desaparecido misteriosamente y de que los indios de Xaracatán se habían apoderado de las tierras que le habían vendido a ella, y los pobladores de ambos lugares se comunicaron entre sí realizando varias reuniones para ponerse de acuerdo y definir la actitud que debían de asumir ante los indios de Xaracatán.
“Resolvieron expulsarlos de aquellos lugares y se presentaron reclamando la propiedad de las tierras y, como recibieran por contestación que la señora Nana Guari Huapa los puso en posesión por donación espontánea, los indígenas de los pueblos reclamantes vacilaron creyendo que tal vez la señora no estaría lejos.
“Pensaron que vendría a preguntarles porqué habiendo vendido las tierras ahora las reclamaban a los indios que ella, con el derecho de dueña, había puesto en posesión y así dejaron pasar otros meses, mientras los indios de Xaracatán siguieron su obra para afianzar su posesión, construyendo una huatapera o casa de piedra para los caciques y para reunir a los indios en sus fiestas religiosas.
“Los habitantes de Cherán y Sevina observaban con atención los trabajos que hacían para fincar un pueblo nuevo en sus tierras y, viendo que pasaba el tiempo y la señora no volvía ni sabían su paradero por más qué se habían esforzado enviando exploraciones a buscarla, resolvieron hacerl la segunda reclamación dando un plazo para que desocuparan las tierras.
“Los indios de Xaracatán, al ser notificados, respondieron lo mismo que la primera vez: esto es, que Nana Guari Huapa, como dueña de las tierras por compra que hizo a los mismos pueblos reclamantes, las donó y puso en posesión de ellas, sólo que esta vez, como ya empezaban a organizarse y se les había unido otro pequeño grupo de indios que de entre ellos mismos hacía algunos años atrás, se habían separado de Xaracatán, yéndose a refugiar al llano grande en el punto que hoy se nombra El Rincón.
“Acordaron en una junta enviar una comisión a Tzintzuntzan, a ver al cazonci Tzintzicha, soberano del reino, para hacerle patente su situación ante la amenaza de los pueblos de Cherán y Sevina y el derecho de posesión que les correspondía de las tierras cedidas amistosamente por la señora.
El rey Tzintzicha recibió a los indios comisionados y después de escuchar con verdadera atención la exposición que hacían en su queja, para resolver aquel caso reunió a sus consejeros por el espacio de tres días y al fin, por acuerdo de los sabios de la corte, se ordenó a los indios de Xaracatán que volvieran a su lugar y por el espacio de ocho días consecutivos tocaran el teponaxtle día y noche y que, si durante ese tiempo ninguno de los pueblos DE Cherán y Sevina que reclamaban las tierras se presentaban a desobedecer aquella orden, entonces quedarían como dueños legítimos de aquellas tierras.
Los indios de Xaracatán volvieron a sus hogares, convocaron a una reunión a todos los vecinos de la congregación, dieron cuenta del resultado, de su comisión y, sin pérdida de tiempo, al siguiente día para cumplir la orden real empezaron a tocar el teponaxtle a todo vuelo y sin descansar hasta que se cumplieron ocho días y sin que nadie los interrumpieran durante ese tiempo.
Dos días después los indios de Xaracatán enviaron a Tzintzuntzan a la misma comisión para dar cuenta al rey Tzintzicha de haber cumplido religiosamente con la orden, consistente en que durante una semana, nadie interrumpiera que se tocara el teponaxtle.
Para oir en audiencia pública a la comisión, el rey reunió a sus sabios, quienes observaban el relato de los indios con atención, y después de que éstos en representación de la congregación a que pertenecían juraron sumisión y obediencia al rey en cuanto les mandara, los sabios dijeron al monarca que los de Xaracatán eran acreedores y dueños de las tierras adquiridas por donación por haber cumplido fielmente con las órdenes de la Corte.
Por lo mismo, se les debía expedir su titulo de propiedad, integrándoseles mediante el uso de plumas de ave firmados por el rey Tzintzincha, y entregados a la comisión que regresó llena de júbilo a sus lugares de origen, reuniendo a los vecinos y anunciando haber triunfado, mostrando entonces los títulos legítimos de las tierras donadas, cuyos linderos se extendían hasta El Rincón, por haberse unido los indios que habitaban aquel lugar y que habían tenido en quieta y pacífica posesión.
Regocijados por aquel triunfo a su favor, hicieron suntuosas fiestas, tocaron nuevamente el teponaxtle, bailaron, dispararon sus flechas a todas direcciones y dieron gracias a sus dioses Nana Guari y Tata Juriata (Nana Luna y Papá Sol), porque ya eran dueños de tan bastantes tierras.
Los indios de Xaracatán siguieron su obra de construcción, y con más brío empezaron a edificar la capilla que hoy lleva el nombre de El Hospital, dedicada a sus cultos religiosos; pero los indios de Cherán y Sevina, cuando vieron que la señora no volvía más, se pusieron de acuerdo y enviaron grandes comisiones a ver el rey y le enviaron muchos presentes.
El cazonci los recibió en audiencia pública rodeado de los sabios consejeros y, una vez que expusieron el objeto de su presencia, manifestando ser dueños de las tierras durante siglos, el rey les dijo que los sentía mucho; pero que su queja era tardía pues los indios de Xaracatán y de El Rincón se habían anticipado cumpliendo fielmente con las órdenes de aquel soberano: se les habían expedido ya los títulos de propiedad de las tierras que poseían y que por lo mismo no podía en lo sucesivo arrebatarles las tierras que habían adquirido legalmente y que ellos mismos habían vendido.
Los comisionados salieron tristes y contrariados del palacio real, volviendo a sus pueblos sumamente indignados y con odio irreconciliable contra sus nuevos vecinos, quienes se habían adueñado y quedado a mitad de su línea divisoria; pero el rey Tzintzicha, al darse cuenta del disgusto que causó a los de Cherán y Sevina, ordenó que uno de sus sacerdotes, custodiado por un fuerte número de guerreros de la corte, que se trasladara al lugar donde se asentaban los indios de Xaracatán para que recorriera todos los linderos y diera posesión de las tierras en su nombre, conforme a los títulos que había expedido.
Se hicieron los preparativos y el noble con su traje del séquito real, se encaminó al lugar designado, al que llegó por la noche, cuando los indios se encontraban adorando a Nana Guari y Tata Juriata, de modo que, al día siguiente, salieron a recorrer los linderos tomando como punto de partida el ojo de agua de Xaracatán que hoy lleva por nombre Pocito Hediondo.
De ahí caminaron hacia el poniente hasta llegar al cerrito de Agarutácuaro, subieron al cerro grande con la misma dirección hacia donde está un llanito en la falda del cerro llamado Teres Juata, perteneciente a la comunidad de Aranza, que pusieron el nombre de Tres Cruces, para caminar rumbo al norte, pasando por un punto que hoy se nombra Lagunilla.
Caminaron aún más, entre cerros y lomeríos hasta llegar a la cumbre alta del Juanillo, bajaron por una cuchilla, llegaron a El Rincón y encontraron las chozas de los indios cheranecos que se unieron a los Xaracatán.
Siguieron más al norte en línea recta, cruzando el llano grande y pasando por un punto llamado El Pinal, hasta encontrar el camino que conduce de Cherán a Nahuatzen, donde los indios pusieron un montón de piedras y más tarde hasta llegar a un cerrito que se llama el cerrito del Aire.
De este lugar desciende la línea que llega a dos pozos de agua, siguiendo hacia el oriente para llegar al cerro del Guarín, curvear hasta ubicar el monte del Pilón hasta La Mojonera, donde se puso otro montón de piedras bien hecho y, más tarde, fundar el pueblo de ese nombre.
De este lugar, caminando línea recta, se encuentra el ojo de agua de Angaruen; y de allí se pasa por el palo de los ahorcados, hasta llegar al punto llamado el llano del Coyote.
Hacia sur se llega al pozo de Caratácua y al rancho de San Isidro y al cerro de El Capen, hasta encontrar una lomita con piedras grandes y un punto llamado el Tzirimu de Sivinan o Sevina, lugar donde estuvo la señora que los indios llamaban Nana Guari Huapa.
De este lugar, siguiendo línea recta cruzando el llano hasta encontrar otra loma y el Pinabete, los indios encontraron nuevamente el ojo de agua del Pocito Hediondo, lugar de partida donde se dio por terminada la posesión, volviendo al lugar donde se formaba el pueblo que hoy es Nahuatzen.
De ahí regresó la comitiva real a Tzintzuntzán para dar cuenta al rey Tzintzicha de haber cumplido religiosamente con su orden sin que nadie se presentara en su recorrido a protestar contra aquel otorgamiento de tierras.
Los indígenas que antes pertenecieron a la congregación de Xaracatán siguieron la construcción de un templo, que hasta entonces sólo se conocía por indios del Rincón, quienes pensaron buscar el nombre que debía llevar el nuevo pueblo y, como es lugar donde hiela bastante, optaron por nombrarlo Yahuatzen ( o lugar de heladas, para derivar con el tiempo en el nombre actual.
El pueblo fue creciendo, dedicándose luego sus moradores a la agricultura y más tarde a aprender varios oficios, como el tejido de cobijas de lana para su propio uso, cuya calidad fueron mejorando debido a la llegada del santo varón don Vasco de Quiroga, quien visitó esos lugares, en los que enseñó carpintería, curtiduría de pieles, talabartería, albañilería, zapatería, platería, hojalatería, música y comercio.
Nahuatzen pronto obtuvo la categoría de cabecera municipal, y ya con un nuevo nombre, en la época colonial, tuvo frecuentes visitas de misiones españolas que continuaron la obra de don Vasco, como se ve por su templo y torre de magnífica construcción, dedicados a San Luis IX, rey de Francia.
Por el material empleado, se calcula se inició en 1535, incluida la Huatapera, que más tarde, cuando los indígenas eran numerosos y con los nuevos ritos cristianos de los españoles, la convirtieron en lugar de reunión de los principales caciques, que se congregaban allí para dedicarla a sus fiestas.
En 1902, en la única visita que hizo el gobernador de Michoacán, Aristeo Mercado, éste ordenó que demolieran la Huatapera, para que en su lugar se edificara una escuela, según cuentan los testigos Jesús Quiróz y Rafael Lauro Moreno, “mayores de edad, casados, comerciantes, mexicanos, vecinos de esta ciudad, de mi conocimiento y con aptitud legal para testificar, de lo que doy fe. J. Jesús”, de acuerdo con el licenciado Manuel Ochoa.
Como final, esta historia concluye así: “Rubricados, es copia que certifico, tomada fielmente de su original a que me remito y de que doy fe. Se expide en cinco fojas útiles, con los timbres de ley, debidamente cancelados, para uso de la comunidad de indígenas del pueblo de Nahuatzen. Va corregida y cotejada. Uruapan, a 2 de enero de 1932. Es copia que certifico está fielmente tomada de su original que obra en poder de la comunidad de indígenas de este lugar, cuyo título me file presentado por el ciudadano Leopoldo Molina, presidente del Comité Administrativo de la citada comunidad y del cual doy fe tenerlo a la vista y haberlo cotejado debidamente. Expidiendo la presente a instancia del expresado ciudadano Leopoldo Molina, con el carácter indicado, para los usos que estime conveniente, habiéndose adherido y cancelado los timbres respectivos conforme a la Ley. Nahuatzen, Michoacán, a 17 diecisiete de octubre de 1934.El Secretario. Luis Zamora Maldonado.”
Archivo del Registro Agrario Nacional de Morelia, Restitución de tierras, exp. 21 (Nahuatzen, Michoacán).










Nahuatzen
Significa “lugar donde hiela” y se considera que los chichimecas, primeros entre los grupos que se asentaron en el actual territorio de Michoacán, fundaron esa comunidad con el nombre de Yahuani.


Escudo
El escudo de Nahuatzen se puede admirar en la cantera de la torre de la iglesia, concluida en 1550.

Significado de los colores:
El rojo simboliza la unión.
El plateado es referencia a la Luna.
El amarillo al Sol.
El azul es el agua que existe al oriente de ese territorio.
El maíz es símbolo de que los purhépechas vienen de esa gramínea.
Las águilas son representativas de la región desde tiempos ancestrales, lo mismo que el jabalí de los montes aledaños.

Historia
La fundación de Nahuatzen se llevó a cabo en 1525 por tribus de Xaracatán –poblado llamado por los españoles San Juan Zaracatán- situado a unos tres kilómetros y medio al sureste del actual Nahuatzen.

Los fundadores, según la tradición, vinieron de un pueblo llamado hoy El Cortijo -se ubicaron en Nahuatzen porque les gustó para descansar-; pero éste estaba junto a una laguna con poca agua, por lo que decidieron abandonarlo, aunque luego se unieron San Miguel, Xaracatán, El Rincón y algunos otros hasta formar un solo pueblo.

El antropólogo Gonzalo Aguirre Beltrán escribe lo siguiente sobre la fundación de Nahuatzen: “No parece haber sido un pueblo purhépecha, sino una inclusión ‘teca’ establecida en el corazón serrano, cuya iglesia conserva todavía la fecha del 25 de agosto de 1550 en que fue iniciada su construcción por frailes franciscanos y dedicándola a San Luis IX, rey de Francia.

Esta fecha señala, además de la fundación de la iglesia, la del poblado, cuyo antiguo asentamiento, según se dice, estaba a tres kilómetros y medio al sur, en Xaracatán.

Durante todo el siglo XVIII, Nahuatzen dependió religiosa y administrativamente de Sivinan o Sevina, aunque al parecer había adquirido mayor importancia que este pueblo situado entre los cerros del Capén y de la Virgen, sobre el sendero a Comachuén.

Don Luis García Romero, hermano menor del doctor Gabriel García Romero, el personaje más distinguido en la historia de Nahuatzen, cuenta que el poblado, en 1822, pertenecía a la tenencia de Paracho, contaba con 1451 habitantes dedicados a la crianza de ovejas, a la fabricación de cobijas, a la curtiduría, a la zapatería, a producir frutas y a la explotación de madera para la elaboración de muebles y artesanías.

Por la ley territorial del 10 de diciembre de 1831, Nahuatzen se constituyó en municipio, y el 25 de marzo de 1836, por decreto del Congreso del estado, se le separó la tenencia de Comachuén, que pasó a jurisdicción de Tingambato.

Personajes ilustres
Gabriel García Romero, médico nacido el 18 de marzo de 1869 -hijo de don Luis Gonzaga García y de doña Reducinda Romero, él hijo de españoles, ella, hija de indígenas purhépechas- fallecido el 15 de agosto de 1915 en Pátzcuaro, donde ejerció su profesión desde 1895, procreó con doña María Trinidad Munguía Díaz, originaria de Tacámbaro y sobrina del obispo Clemente de Jesús Munguía, a Rafael, Gabriel y Miguel García Munguía, nacidos en 1895, 1897 y 1907.

Cronología de hechos históricos
1822.- Es tenencia del municipio de Paracho.
1831.- El 10 de diciembre se constituye en cabecera municipal.
1836.- Se le separa la tenencia de Comachuén.

Medio físico y localización
Se localiza al noroeste del estado de Michoacán, en las coordenadas 19º 39’ de latitud norte y 101º 55’ de longitud oeste, a 2420 metros sobre el nivel del mar. Limita al norte con Zacapu, al noroeste con Cherán, al este con Erongarícuaro, al sur con Tingambato y Uruapan, y al oeste con Paracho. Su distancia a Morelia es de 105 kilómetros.




Extensión
Su superficie es de 304.48 kilómetros cuadrados y representa un 0.52 por ciento del total del estado.

Orografía
Su relieve lo constituyen el sistema volcánico transversal, la sierra de Nahuatzen, y los cerros del Pilón, las Flores o el Huachán, el Juanillo o San Marcos, el Capén, La Virgen y los Cuates.

Hidrografía
Su hidrografía está constituida por los manantiales del Pilón y otros de agua fría.

Clima
Su clima es frío con lluvias en verano, tiene una precipitación pluvial de 861.5 mililitros y temperaturas que oscilan de 2.3 a 20.4º centígrados.

Principales ecosistemas
En el municipio dominan los bosques de coníferas, con pinos, oyameles y juníperos; y el bosque mixto, con pinos, encinos, cedros y ailes. Su fauna se conforma por cacomixtles, coyotes, gatos monteses, liebres, ardillas, zorrillos, codornices, tecolotes, chachalacas, palomas torcazas y patos silvestres.

Recursos naturales
Su principal recurso es el forestal. Se explota principalmente el pino para la extracción de resina, la elaboración de muebles y patas de las sillas, mesas, cabeceras, y todo necesario para la elaboración de muebles.

Características y uso del suelo
Los suelos del municipio datan de los periodos cenozoico, terciario inferior y eoceno,y corresponden principalmente a los tipos de pradera, de montaña y podzólico. Su uso es principalmente forestal y en menor proporción agrícola para cultivo de maíz.

Perfil sociodemográfico

Grupos étnicos

Según el Censo General de Población y Vivienda, en el municipio habitan 7147 personas que hablan lengua indígena, de las cuales 3460 son hombres y 3687 son mujeres, con el purhépecha como la principal lengua.

Evolución demográfica
En el municipio de Nahuatzen la población representaba el 0.58 por ciento del total del estado. Para 2005 había una población de 22,038 habitantes, su tasa de crecimiento es del 1.26 por ciento anual y la densidad de población es de 72 habitantes por kilómetro cuadrado. El número de mujeres es algo mayor al de hombres.

Religión
La religión predominante es la católica.


Infraestructura social y de comunicaciones

Educación

El municipio cuenta con centros educativos de preescolar, primaria, secundaria, así como de un CBTA.

Salud
En cuanto a servicios de salud, el municipio tiene tres clínicas del IMSS y consultorios y médicos particulares

Abasto
El abasto se realiza fundamentalmente a través de tianguis semanales y tiendas misceláneas.

Deporte
Hay una unidad deportiva, canchas de básquetbol y campos de futbol.

Vivienda
De acuerdo al último censo, había 3,803 viviendas, predominando las construidas con madera, seguidas por las de tabique, adobe y otros materiales.

Servicios públicos

• Agua potable 80 %
• Drenaje 45 %
• Pavimentación 20 %
• Alumbrado público 70 %
• Electrificación 95 %
• Recolección de basura en 70 % de la cabecera municipal.
• El rastro cubre el 80% de la demanda.
• Cloración del agua 80 %
• Seguridad pública 45 %


Además, el ayuntamiento administra los servicios de parques y jardines, edificios públicos, unidades deportivas y recreativas, monumentos y fuentes, entre otros.

Medios de comunicación
Hay cobertura de periódicos regionales y estatales, repetidoras de radio AM-FM y canales de televisión.

Vías de comunicación
El municipio esta comunicado por la carretera federal Morelia-Uruapan-Lázaro Cárdenas en el tramo Pátzcuaro-Uruapan con desviación en Cherán. Tiene comunicación a sus localidades a través de 12 kilómetros de caminos pavimentados y 25 kilómetros de caminos de terracería. Cuenta con teléfono, correo, servicio de taxis, transporte de carga y autobuses foráneos.

Actividad económica

Agricultura
Es su principal actividad económica, los principales cultivos son: maíz, trigo, papa, haba y avena.

Ganadería
Ocupa la segunda actividad económica en importancia: se cría ganado bovino, lanar, caballar y caprino-lanar, representando estos dos sectores, con la silvicultura, el 40% de su actividad económica.

Industria
Se cuenta con una planta recicladora de desechos sólidos “Tanin Iretécha S.A.” y hay industrialización de abonos orgánicos producidos en la planta, representando el 37% de su actividad económica.

Turismo
Por su ubicación y sus atractivos naturales, existen las condiciones para el desarrollo de proyectos.

Comercio
Hay tiendas de calzado, ropa, materiales para la construcción, papelerías y misceláneas que representan el 5% de su actividad económica.

Servicios
Solamente cuenta con una casa de huéspedes y servicio de restaurante y de taxi.

Atractivos culturales y turísticos

Monumentos históricos

Existe la parroquia de San Luis Rey en la cabecera municipal; la parroquia del Espíritu Santo y la capilla del mismo nombre; la parroquia de Santa María y la capilla del antiguo hospital en Sevina, tres kilómetros al sur de Nahuatzen; en Comachuén está la capilla de Santa María; en Turícuaro el templo de San Andrés y la Casa Cural.

Fiestas, danzas y tradiciones
25 de agosto.- Fiesta del patrón del pueblo en honor a San Luis IX rey de Francia en donde se ejecuta la Danza de los Moros, de Los Soldaditos, de las maringuías y concursos de textiles y artesanías de madera, sin faltar sus tradicionales jaripeos y corridas de toros.

15 de agosto.- Festejos de la Virgen de la Asunción con la Danza de Moros y la fiesta en honor al Santo Cristo Negro de Esquipulas que se celebra en febrero.
12 de diciembre.- Fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe,sin faltar los casamientos con sus costumbres locales y la celebración de bailes de XV años y bautizos.

Música
Sones y pirecuas, sin faltar el gusto por la música de bandas de viento.

Artesanías
Tallado de las famosas columnas talladas en madera de pino para las trojes o casas tradicionales, máscaras y mantelería bordada, guanengos y blusas, servilletas, rebozos tejidos en tela de cintura y muebles rústicos

Gastronomía
Alimentos: churipo o caldo de verduras y carne de res, además de comidas regionales a base de maíz como las corundas y los huchepos con crema y nata.

Centros turísticos
Las construcciones arquitectónicas de la época colonial en Sevina y Comachuén.

Gobierno
Cabecera municipal: Nahuatzen, a una distancia de la capital del estado de 105 kilómetros.

Otras localidades

Sevina

Es la antigua Sivinan, uno de los pueblos indígenas más antiguos de la Meseta Tarasca, a una distancia de la cabecera municipal de tres kilómetros. Sus principales actividades económicas son la agricultura y la explotación forestal. Cuenta con 2,712 habitantes.

Arantepacua
Su distancia a la cabecera municipal es de ocho kilómetros. Sus principales actividades económicas son las mismas de Sevina. Cuenta con 2,178 habitantes.

San Isidro
Su distancia a la cabecera municipal es de 11 kilómetros. Su principal actividad económica es la agricultura. Cuenta con 1,161 habitantes.

Comachuén
Su distancia a la cabecera municipal es de diez kilómetros. Su principal actividad económica es la forestal. Cuenta con 3,550 habitantes.

Cronología de los presidentes municipales de Nahuatzen

1939-1941 C. Evaristo Lemus López
1942-1944 C. Esteban Herrera
1945-1946 C. Braulio Ortega
1947 - C. David Molina Álvarez
1948 - C. Fidencio Chávez Pérez
1949 - C. Jesús Pastrana Gálvez
1950 - C. Francisco Mier Pineda
1951 - C. Jesús Magaña
1952-1954 C. Santiago Castillo Álvarez
1955 - C. Gorgonio Paleo Herrero
1956 - C. Manuel Maldonado A.
1957 - C. J. Manuel Montiel
1958 - C. Herlindo Rentería Leal
1959 - C. Francisco Mier Pineda
1960-1961 C. Dr. Roberto Herrera Pineda
1962 - C. Salvador Ponce Daniel
1963-1965 J. Jesús López Paz
1966-1968 C. Consuelo Bernal Velázquez
1969-1971 C. Leopoldo Ortega Servín
1972 - C. Profr. Adalberto Dueñas Avilés
1973 - C. Justo Velázquez Núñez
1974 - C. Pedro Rodríguez Ruán
1975-1977 C. J. Jesús Chávez Álvarez
1978-1980 C. Silviano Núñez López
1981-1983 C. Manuel Román Ruíz
1984-1986 C. Alfredo López Paz
1987-1989 C. Luis Manuel Morales Ortega
1990-1992 C. Santiago Hernández García
1993 - C. David Otlica Rosete
1994-1995 C. Profr. Florentino Ruiz Neri
1996-1998 C. Profr. Juan García Zúñiga
1999-2001 C. Martín García Avilés
2002-2004 Marín Saenz

7 comentarios:

  1. El lic.Luis Zamora Maldonado fue mi abuelo, si tiene más datos acerca de este u otros documentos se le agradeceria.

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  2. Ivan quien son tus padres ? El Lic. Luis Zamora Maldonado fue mi bisabuelo

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  3. Ivan,
    lo siento por no responder pronto. Soy hija de Lidia Esther Zamora y Roberto Magana .Mi madre es la hija de Ramón Zamora Alfaro y nieta de Luis Zamora ¿Tienes Facebook?

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  4. Ivan, Tienes hermanos ? Y como se llaman ?

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  5. Si tengo, tenemos a mi primo (tu tío) David de amigo en común

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  6. Si tengo, tenemos a mi primo (tu tío) David de amigo en común

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